La función principal de un inversor solar es adaptar la corriente eléctrica de los paneles para que pueda ser empleada por los electrodomésticos y máquinas de la vivienda o negocio. La corriente de las placas es continua y se transforma en alterna de 230 [V], o 400 [V] si la instalación existente es trifásica.
El inversor de autoconsumo también debe optimizar la energía producida por las placas solares, así como recabar datos sobre el consumo y la producción de la instalación, los cuales volcará a un portal web de monitorización desde el cual los usuarios pueden, en cualquier momento, comprobar el estado de su instalación.
Monofásicos
Son aquellos que en su instalación tiene una única corriente alterna o fase. Las instalaciones estándar son de 230 voltios, este tipo de sistemas es el más común en particulares en viviendas de tipo residencial, ya que su coste de implantación también es más reducido.
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Trifásico
Son aquellos que constan de 3 fases o corrientes alternas distintas que dividen la instalación en 3 partes, a las que llega potencia constante. Sus potencias normalizadas actualmente se adaptan a 400 voltios.